Durante esta fase existen algunos aspectos a tener en cuenta y que nos pueden ayudar a decantarnos por unas áreas o por otras en cada jornada, a elegir los días que a priori, son más propicios para intentarlo o a seleccionar el momento exacto en el que vamos a pescar una postura determinada. Estos son algunos consejos para pescar lucios en freza.
Conocer la orientación de las reculas nos va a ayudar a saber por un lado, cuáles van a recibir mayor tiempo los rayos del sol y por lo tanto más temperatura van a alcanzar, y por otro, cuáles van a estar más abrigadas o expuestas dependiendo de la dirección del viento. Aunque no siempre se cumple, por lo general, y sobre todo al principio de esta fase en la que el invierno todavía está presente, las áreas más soleadas y que están menos expuestas a los vientos del norte suelen ser más confortables para los peces aunque no necesariamente serán siempre las mejores zonas para capturarlos. Lo interesante es conocer al detalle cuantas más reculas mejor y en base a las condiciones meteorológicas que se esperan para una jornada o modo en el que se encuentren los peces, poder dividirlas por similitudes o seleccionar algunas y descartar otras para así poder planificar una estrategia bien estudiada.
Cuantos más puntos conozcas y con mayor precisión seas capaz de memorizar, más opciones tendrás de encontrarte con lo que estás buscando.
Conocido ya por todos, el timing – estar en el momento justo en el sitio indicado -, suele ser sinónimo de éxito durante todo el año pero en este momento del año es, sin lugar a dudas, uno de los factores más determinantes para obtener buenos resultados.
Salvo que tengas ya todos los cabos muy atados, es vital tocar el máximo número de posturas, el mayor número de veces posibles a lo largo de cada jornada. Dejando de lado algunos días raros y excepcionales, en este periodo, las lucias no comen a lo largo de todo el día, incluso es más o menos frecuente, que sólo se aproximen a la orilla en intervalos concretos de tiempo, de ahí que repetir las mismas zonas a diferentes horas sea tan crucial, tanto para el resultado final como para interpretar realmente el potencial de cada zona.
Un día soleado y calmado, puede hacer subir la temperatura de las reculas mejor orientadas dos grados, provocando, quizás, que a media tarde los peces se sientan atraídos por ese calor extra. Otro día puede que amanezca con una niebla cerrada, presentando unas condiciones idílicas para que las lucias puedan preparar alguna emboscada muy cerca de la orilla.
Visita a las 9:30, a las 12:15 y a las 14:00 pero fué en la de las 16:30 cuando nuestros caminos se encontraron.
En el primer caso, si solo pescamos por la mañana, es más que probable que volvamos para casa cabizbajos y sin indicios de que en la zona pescada haya vida. En el segundo ejemplo, si no pescamos los puntos más querenciosos o de mayor garantía durante esas dos horas de niebla, no habremos estado en el mejor momento en el punto dónde debíamos estar. En ambos casos es más que probable que hayamos desaprovechado el mejor momento del día para hacernos con un gran ejemplar y lo que es peor aún, podemos llevarnos a casa una sensación equivocada de lo que realmente alberga la zona que acabamos de pescar.
La experiencia y la intuición debe comandar estos movimientos pero hay que buscar que estas siempre sean fundamentadas, que toda decisión tenga un por qué.
