Cuando el agua llega a sus mínimos anuales, la actividad de todas las especies que viven en este medio disminuyen considerablemente, pero dentro de esta apatía generalizada posiblemente sea el lucio el que más “despierto” se encuentre.
Durante esta época, como en casi todas, la locación es la base de todo lo demás pero es cierto que hay algunos señuelos que pueden marcar la diferencia. Vamos a por las tres armas que pueden hacer caer la balanza a tu favor.
Shad de vinilo (Pickie)
Indispensable. Un señuelo para cubrir gran cantidad de agua de manera discreta y que nos permite trabajar cotas profundas, algo muy importante en este momento, ya que la mayoría de la población por norma general se encontrará a grandes profundidades.
Recuerda: En invierno el agua suele estar muy clara en la mayoría de los escenarios decántate por colores naturales.
Jerkbait duro
Otro titular. Quizás no siempre o bajo todas las circunstancias pero siempre es una opción que nos puede dar muchas alegrías, especialmente los modelos suspendidos ya que imitan a la perfección a un pez moribundo.
Recuerda: Realiza pausas largas, así lograrás más picadas.
Cucharas Ondulantes
Muy polivalente. Destaca especialmente en la pesca en vertical pero si pescamos desde orilla también puede ser una opción a tener en cuenta sobre todo en días con aire o lluvia trabajándolas con recogidas rápidas, buscando peces activos en suspensión.
Recuerda: Nunca pierdas la concentración cuando está profundizando, muchas picadas vendrán justo en ese momento.
Y aunque las temperaturas gélidas y las limitaciones invernales no son las condiciones idóneas en la mayoría de los casos para practicar nuestra afición favorita, no conviene olvidar que los peces con mayor o menor voracidad, con mayor o menor frecuencia, tienen que seguir alimentándose.
Así que deja de poner escusas, apaga el brasero, abrígate adecuadamente, pon rumbo a tu embalse o río favorito y ten siempre en mente que sólo lo consigue quién lo intenta.
