Seguimos buscando a los lucios desde la orilla. En esta entrega por fín logramos dar con un pez de cierta calidad, sobre todo teniendo en cuenta que se trataba de un macho (como ya muchos sabéis, las hembras son las que alcanzan mayores tamaños). Es una buena ocasión para que veáis con vuestros propios ojos cómo se debe de manipular un lucio correctamente sin provocarle daño alguno. Además hablamos un poco de diferentes aspectos, técnicas o señuelos que quizás puedan resultaros interesantes.
