Cuando los lucios están frezando o muy próximos a hacerlo su comportamiento en muchas ocasiones es desconcertante y errático. Es habitual que si estás pescando en zonas dónde están asentados persigan nuestros engaños pero otra cosa es que se dedican finalmente a atacarlos. Esta jornada fué una claro ejemplo de lo expuesto anteriormente, peces muy recelosos, muchas persecuciones y un buen puñado de rechazos. Aun así, logramos subir al barco alguno y además tuvimos una gran sorpresa en forma de un black bass de mucha calidad.