Antes de empezar a hablar de cómo pescar con jigs vamos a hablar de los diferentes componentes que dan vida a este peculiar señuelo y como debemos analizarlos para elegir la opción correcta dependiendo de las circunstancias, porque todos son jigs pero no todos te van a dar lo que necesitas en cada momento.
– Faldiñín. Es el elemento que formado por múltiples tiras, le da volumen y forma a la presentación. Los compuestos más utilizados para su fabricación son la silicona, más ancha y ruda y el rubber, más fino y nervioso en el movimiento.
– Cabeza: parte del jig dónde va centrado el peso cuerpo. Podemos encontrar en el mercado multitud de diseños y pesos. Básicamente distinguimos formatos pensados para pescar por el fondo y otros para pescar dentro de coberturas. Los pesos más comunes serían los de 3/8 y 1/2oz, siendo común utilizar pesos mayores si pescamos a pitching o flipping en coberturas densas.
– Quita-hierbas: Es una serie de fibras de mayor o menos rigidez que van incrustadas en la cabeza y que como su propio nombre indica, tienen la función de evitar que el señuelo se enganche.
– Rattle: Es un pequeño sonajero que va incorporado en algunos jigs (o en su defecto que nosotros podemos acoplar). Aportan una mayor sonoridad y poder de atracción en el engaño.
– Ojal: Punto por el que anudaremos el jig. Es importante tener en cuenta si este está posicionado en vertical o en horizontal y el ángulo de ataque que tiene para saber si nos puede dar lo que buscamos dependiendo de la forma o la zona en la que vayamos a trabajar el jig.
– Anzuelo: Pieza básica y muy importante en el cuerpo de cualquier jig. Usar un anzuelo de calidad y con las características adecuadas para la forma en la que vamos a pescar es crucial para lograr una gran efectividad.
