Conocidas la longitud, potencia y acción que necesitamos, se nos plantea un nuevo dilema: ¿Qué tipo de caña debo elegir? ¿Casting o spinning?
La gran mayoría de los pescadores que empiezan en la pesca de depredadores se decantan en un principio por el spinning pero en muchos casos esta elección está fundamentada tan sólo en hábitos pasados, miedos o simplemente desconocimiento o falta de información.
Es algo lógico. Casi todos hemos comenzado en este mundillo con una caña y un carrete muy parecido al que lleva un equipo de spinning y cuando de primeras ves uno de casting, con las anillas al revés, una empuñadura peculiar y un carrete bastante distinto, del que además, habitualmente desconoces su funcionamiento y te han contado que es mucho más complicado de manejar, es lógico tender hacia lo más seguro, aunque lo seguro no siempre sea la mejor opción.
Lo cierto es que tanto con unos como con otros, eligiendo las acciones y potencias correspondientes, puedes pescar con todas las técnicas y presentaciones imaginables pero hay una realidad que no se puede obviar: los profesionales, que viven de esto y pasan muchas horas en el agua, tienen muchos más equipos de casting que de spinning y en este escalón ya no existen las casualidades.
Dejando a un lado las técnicas finesse (presentaciones de muy poco peso y líneas de diámetros muy bajos), dónde los equipos de spinning se imponen claramente, para el resto de técnicas los equipos de casting se llevan la palma.
Las razones de más peso para que esto sea así son: la precisión que con experiencia y dominio se consigue en el lance y la suavidad con la que se puede “posar” el señuelo en el agua. Evidentemente, no siempre son requisitos imprescindibles para poder obtener buenos resultados pero en ocasiones, ante determinados condicionantes o desarrollando un amplio abanico de técnicas o estrategias, la diferencia puede ser cómo la noche y el día.
Os dejo un video dónde podréis ver las diferencias más importantes de estos dos equipos.
