Luciopercas en Freza

Luciopercas en Freza

Cómo cada año, con la llegada de una nueva primavera, el agua de ríos y embalses empieza a tomar vida propia y todos los habitantes, unos antes, otros después, guiados por sus instintos más primarios, acuden raudos y decididos a la llamada de la procreación; es el momento de traer nueva vida y seguir perpetuando la especie, la próxima generación está a punto de llegar.

Después de haber pasado los rigores propios del invierno, la lucioperca, al igual que el resto de especies que habitan nuestras aguas, comienza a recibir una serie de estímulos que harán que de manera progresiva pero decidida, vaya saliendo del letargo para empezar un nuevo ciclo como lo viene haciendo desde siempre, siguiendo el tempo que marca su calendario anual.

luciopercas en freza

Un nuevo ciclo está a punto de comenzar, es momento de volver a disfrutar.

Varios son los factores que propician que las luciopercas empiecen a dejar atrás las posturas y comportamientos típicos del periodo invernal para pasar a pensar en la freza. Ninguno es más importante que el resto, todos, en su conjunto, hacen que el ciclo avance y aunque es cierto que bajo determinadas condiciones o en determinados enclaves, alguno de ellos puede ser más determinante o sea quizás el que marque la pauta a seguir, lo ideal es intentar interpretarlos asociados, como a un todo.

Temperatura del agua. Cuando la masa de agua alcanza su mínimo anual, nos encontraremos con que dentro de las diferentes capas, las superficiales, serán las más frías, siendo las más profundas las que mantengan unas temperaturas menos extremas al no estar en contacto directo con la atmósfera. Esta variación, leve o incluso mínima en muchos casos, es suficiente para que los peces se sientan más confortables y, en consecuencia, propician que un porcentaje muy importante de la población se encuentre a grandes profundidades durante esta época.

luciopercas en freza

Cuanto antes empecemos a buscarlas, más opciones de éxito tendremos cuando lleguen las fechas señaladas.

Una vez que los días empiezan a caldearse, las capas que reciben directamente los rayos del sol son las que primero comienzan a calentarse, simplemente por pura lógica. Si coinciden varios días o semanas (dos o tres días aislados no suelen afectar demasiado cuando el agua está realmente fría) con temperaturas agradables, llegará un momento en que esta tendencia cambie y entonces, serán las capas más profundas las más gélidas. Este cambio provocará a menudo que las luciopercas busquen cotas dónde se sientan más cómodas y por consiguiente, se desplazaran hacia zonas más someras en un número importante en muchos de los casos.

2019-03-25T09:43:22+00:00 26/03/2019|Articulos, Lucioperca|